cuidados
Normalmente, los cachorros de Mastín del Pirineo son animales sanos y vigorosos. Sin embargo, debido a su gran tamaño y rápido crecimiento, necesitan unos cuidados básicos, sencillos pero importantes.
Acostúmbrelo desde el principio a ser limpio, a saber cual es su lugar en la jerarquía de la familia, a ir a la correa sin dar tirones, a no pedir comida cuando Vd. come, etc.... enséñele, en suma, a comportarse. Y empiece a hacerlo cuanto antes. Un perro educado es una fuente de satisfacciones. Lo contrario no le traerá más que problemas. Y educar a un perro no es difícil. Por lo general basta un libro básico de comportamiento canino y, eso sí, un poco de sentido común.
En lo que concierne a su salud, desoiga los consejos de los habituales espontáneos y confíe en su veterinario, que es quien debe asesorarle sobre los más conveniente para su compañero de cuatro patas.
Piense que, además de su belleza y de su imponente aspecto, la razón por la que el Mastín del Pirineo esté ganando adeptos año a año en todo el mundo es por su inigualable carácter, que roba el corazón de quienes traban contacto con él.
Es conveniente cepillar al Mastín con frecuencia y vigilar su peso, ya que si el perro hace poco ejercicio y se lo alimenta mucho para resaltar su masividad, la estructura ósea se puede resentir. Es importante no descuidar la educación del cachorro y mostrarse firme desde un primero momento. El Mastín tarda en atender a las órdenes y es necesario paciencia y constancia.
Como en otros perros de tamaño grande o moloso, el Mastín de los Pirineos puede ser candidato a sufrir la temida torsión de estómago. Los factores que la propician son las comidas abundantes y en una sola vez, comer demasiado rápido, comer antes y después de hacer ejercicio o beber abundantemente.